Si algo
llevamos arraigado en nuestra memoria colectiva y en el corazón los
ecuatorianos, es el pasillo. Ese género que no distingue edad, clase social,
etnia o cultura, el pasillo es un vínculo de hermandad entre los ecuatorianos,
es un identitario cultural, pues a donde vamos lo llevamos, lo hacemos nuestro
y disfrutamos cuando el mundo se deleita con esas canciones que a más de uno
han sacado una lagrima. Aunque tengamos influencia de ritmos modernos, no podemos negar
nuestro gusto por este en especial, el pasillo marca una época para la
evolución de la música nacional y se vuelve más añorado cuando nos encontramos
lejos de nuestra patria, esta música nos hace vibrar, extrañar, sonreír y
llorar en una misma canción en el mismo instante que lo escuchamos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario